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Tus residuos orgánicos también se pueden reciclar

Sí, leíste bien. El compostaje de los residuos orgánicos es una forma de reciclaje. ¿Pero cuáles son esos residuos orgánicos? ¿Cómo se generan? Hoy desde Huerta Fácil te contamos un poquito de esta práctica, ideal para comenzar ahora en primavera.

Los residuos orgánicos son todos aquellos que provienen de seres vivos, es decir, de plantas y animales. Al igual que sucede en la naturaleza, cuando estos organismos mueren, entran en proceso de descomposición. Allí intervienen hongos, bacterias e insectos, hasta incorporarse nuevamente al suelo en forma de abono o compost.

Cuando compostamos, imitamos los procesos que ocurren en la naturaleza.

Sin embargo, cuando buscamos replicar este proceso de forma controlada en una casa o local comercial, se suele evitar la incorporación de residuos de origen animal. Sucede que esto puede generar la proliferación de vectores como moscas y roedores, y olores desagradables. De esta manera, se recomienda como regla general solo incorporar residuos de origen vegetal, como restos de verduras y frutas.

Como toda regla, existen sus excepciones. Por eso, la cáscara de huevo y el pelo de mascota, serán los únicos residuos animales que podremos incorporar sin problemas. A esto se le suman otros componentes viables como yerba, café, té, cartón y papel, viruta, ramitas, hojas, entre otros. Saber lo que podemos y lo que no podemos incluir en la mezcla, resulta clave para tener un compost de calidad.

Otro factor super importante a considerar es dónde realizamos el compost. Si contamos con espacio de tierra, siempre se recomienda aprovecharlo, y hacerlo en pozo o pila. Sin embargo, para sitios reducidos, se puede realizar en composteras cerradas, como las de Huerta Fácil. Cualquiera sea el caso, necesitamos contar siempre con dos secciones o cajones, para que una vez que llenemos el primero, comencemos a arrojar material fresco al segundo.

El espacio, la composición de nuestra mezcla, y factores como la temperatura, la humedad y la aireación, resultan esenciales para tener éxito con el compostaje de los residuos orgánicos.

Otros factores relevantes son el control de la temperatura y la humedad, y la aireación de la mezcla. Un hábito muy propicio a adoptar en este sentido es voltearla cada vez que se arroja material fresco.

Además, para controlar la humedad, se puede hacer la prueba del puño, tomando con la mano un poco de la mezcla y apretándola. Si esta se rompe, es que está muy seca, y debemos mojarla o agregar más material húmedo. Si en cambio, chorrea líquido es que tiene exceso de humedad, y por tanto debemos agregar material seco. Sabremos que está en equilibrio si el cascote queda armado cuando lo presionamos.

Los beneficios de compostar son miles. Pero el más relevante tiene que ver con la disminución de los residuos destinados a enterramiento. Es que si pudiéramos hacer una radiografía de una bolsa de residuos domiciliaria, nos encontraríamos con que en un 50% se trata de residuos orgánicos. Por eso, se trata de un hábito sostenible que no solo genera un gran impacto positivo al planeta. El compostaje de los residuos orgánicos además nos enseña sobre los procesos y tiempos de la naturaleza.

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