El universo de los plásticos

Si miramos alrededor, seguro identificamos una gran cantidad de objetos de plástico. Los envoltorios de los alimentos que consumimos. Las telas de la ropa que estamos usando. O incluso los materiales con los que está construida nuestra casa, están repletos de plástico. El universo de los plásticos sin dudas es grandísimo. Por eso hoy te contamos cómo se clasifican, y algunas reglas rápidas para identificarlos.

Los plásticos se clasifican según los polímeros de los que está fabricado. Una definición super química, pero que nos da una pista clave para su proceso de recuperación. En este sentido, la gran mayoría de los plásticos, siempre que no estén mezclados con otros productos, presentan un logotipo de un triángulo que indica su reciclabilidad y categoría.

Por tanto, en primer lugar tenemos el PET (polietileno terefltalato), un material que conocemos todos porque lo encontramos en botellas de bebidas, leche y detergentes; bandejas de alimentos, frascos y bidones de agua. Tienen un gran potencial para ser reciclados, pudiéndose transformar en envases para gaseosas y agua (proceso botella a botella), fibras textiles para prendas de vestir, velas náuticas, alfombras, flejes, cuerdas, hilos, filamento y cerdas de cepillos y escobillones.

Siempre que no estén mezclados con otros productos, los plásticos presentan un logotipo para indicar su categoría de reciclabilidad.

Luego, el plástico identificado con el número 2 es el PEAD (polietileno de alta densidad), un material opaco resistente a los impactos, a la tracción y a las temperaturas. Podemos encontrar este material en bolsas de comercio y de supermercado, pero también en envases de lavandina, botellas de champú y bidones para productos de limpieza. Cuando termina su vida útil se pueden reciclar para una segunda vida, o pueden inmovilizarse en los durmientes sintéticos de T-Wood, siendo un componente esencial de la fórmula.

En tercer lugar, tenemos el PCV (policloruro de vinilo). Estos plásticos tienen una elevada resistencia a la abrasión, buena resistencia mecánica y al impacto, lo que lo hace ideal para edificación y construcción. Podemos encontrar este material en caños, insumos médicos, marcos de ventana, aislaciones para cables, pisos, suelas para calzados, entre otras funciones. Al reciclarse, se pueden volver a fabricar caños para riego y construcción, muebles de jardín, protección para cables, suelas para calzados y pisos.

El plástico número 4 o PEBD (polietileno de baja densidad) es un material que suele tomar formas flexibles, muy útil para el empaque y envasado. Por eso podemos identificarlo en sachets de leche, bolsas de packaging y embalaje, film de envoltorio, nylon y bolsa para silo. Al fin de su vida útil, pueden reciclarse y transformarse en bolsas de residuos domésticas y de consorcio, films, macetas.

El plástico número 5 o PP (polipropileno) es otro material que puede tomar formas rígidas o flexibles, resistente a la humedad y con gran versatilidad, que nos rodea en una gran cantidad de objetos: paquetes de galletas, fideos, snacks, sorbetes, baldes, contenedores, bazar, piezas para automotores, sillas y mesas, rafia, plásticos raee, cajones, tapitas, bidones de agua, tuppers. Este plástico también es protagonista en la fórmula de los durmientes sintéticos, siendo esencial para alcanzar los requisitos técnicos del producto. Aunque también puede transformarse en contenedores, baldes, cajones, piezas para automotores, flejes, filamentos de cepillos y escobillones, entre otros usos.

El plástico número 6 o PS (poliestireno) es un material ligero, rígido y de superficie lisa, ideal para usos estéticos. Una de sus formas es el popular tergopol, pero también lo podemos identificar en envases lácteos, como yogures, y en vajilla descartable. Se transforman en artículos y accesorios de oficina, productos de librería (reglas, abrochadoras, cajas), zócalos, perchas, o marcos para fotografías.

Los plásticos se clasifican según los polímeros de los que está fabricado. Una definición super química, pero que nos da una pista clave para su proceso de recuperación.

Por último, tenemos el plástico 7, clasificado como «otros», categoría que incluye mezcla de plásticos. Podemos encontrar este material en paquetes y envoltorios de alimentos bilaminados, juguetes, y otros productos que admitan plásticos mixtos. Su transformación depende de la capacidad para su acondicionamiento y segregación, ya que resulta difícil definir un procesamiento previo.

Como ves, el universo de los plásticos es enorme. Pensar que el plástico como material es un problema, es un grave error. Lo que está mal, en todo caso, es concebirlo nosotros como un material descartable, o de un solo uso. Por tanto, tenemos que aprender de su versatilidad y nobleza, y facilitar siempre su reutilización y reciclaje. Si querés aprender más sobre plásticos y sus usos, seguinos en redes.

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